domingo, 22 de febrero de 2015

25 años de Ausencia- Prólogo



Hace muchos años, en una galaxia muy lejana… Cuando cuento esta historia siempre me siento como si me lo estuviera inventando. Como si fuese un recuerdo fantasioso de un joven que necesitaba inventarse un mundo paralelo e imaginario para darse importancia… Tal vez por ello durante muchos años no conté esta historia…

-“Cuando tenía 20 años fui una estrella del pop”.

Solo decirlo en voz alta me suena a mentira de las gordas… poco creíble  y de vergüenza ajena…

-“¿En serio?” ¿Cómo se llamaba tu grupo?”
- “Bueno, sólo fue conocido en Chile… en los años 80…”

Podía ver como la cara de mi interlocutor pasaba de la incredulidad a una expresión cercana a la risa… no sabiendo si empezar a reírse ya, o si la broma tenía segunda parte…

Era como cuando en el instituto nos inventábamos una novia de verano para justificar que habíamos perdido la virginidad, a pesar de que nuestros amigos –de quienes no nos separábamos nunca- no hubiesen sabido nada al respecto…

-“ Es que ella vive en Francia, y la conocí en Biarritz. No llegamos a hacernos fotos, pero estaba buenísima, y las francesas… ya se sabe!”

El caso es que ocurrió: Cuando tenía 20 años fui una estrella del pop!

En los años 80 llegué con mi familia a Chile, tras haber pasado tres años en Nueva Jersey. Yo había tenido mis primeros pinitos con la música, pero a lo más que había llegado era a tocar en el sótano de mi casa para un público compuesto de amigos y familia… Mis hermanas habían tomado clases de canto y en este contexto sus primeras actuaciones no diferían mucho de un festival de colegio…

Así y todo, veníamos de ser unos “punks” aficionados, de pasear por Greenwich Village, de ver conciertos de los Ramones en CBGBs, o de ver a U2 en estadios… Nos encantaba la música, y queríamos ser una banda como aquellas que nos gustaban a nosotros… nos se nos ocurrió ni por un segundo que éramos unos niños inexpertos y aficionados, y que por supuesto no teníamos ninguna posibilidad de éxito, así que sencillamente lo hicimos!

Conocimos a unos amigos –Chuma y Pelao- además de a Max Siegel, entre otros, y empezamos a tocar en el sótano de la casa de nuestros padres… Tocábamos canciones que nos gustaban, y nos inventábamos cosas que nos sonaban geniales. Queríamos ser los Cure, Depeche Mode, Aztec Camera, Los B52’s…

Queríamos tocar, y lo que empezó como un juego -que nosotros nos tomábamos muy en serio siempre- nos llevó de pronto, casi sin querer, a grabar un disco (aunque antes se publicó en Cassette), a sonar en la radio, a actuar en TV y en festivales…

Sin darnos cuenta se convirtió en hecho habitual el que hiciésemos una pausa en el ensayo del Sábado por la mañana, para ver nuestra entrevista y actuación de TV de esa semana… ver a otras bandas que a fuerza de encontrarnos en todas partes acabaron siendo buenos amigos… (Aparato Raro, Bandhada, Pie Plano, Prisioneros, Viena…)

Como si se tratase de un juego, nos disfrazamos de estrellas del pop, y el disfraz fue tan bueno, que nos entrevistaban para prensa –incluso prensa de otros países- salíamos en portadas de revistas, y hasta un álbum de cromos –el Album del Rock Latino- nos pedían autógrafos y se hacían fotos con nosotros…

Hicimos giras con otras bandas locales, disfrutamos de un momento irrepetible de la escena musical Chilena –una especie de “Movida” local- y de un momento irrepetible en nuestras vidas. Hasta nos invitaron a un festival internacional: El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, en el que actuamos entre artistas como Laura Branigan o El Puma (eran los 80, y era Chile), donde 30.000 personas corearon nuestras canciones y nos aplaudieron y vitorearon, hasta que los organizadores nos concedieron el premio del público: La ansiada Antorcha de Plata…

Tras este momento que debía de marcar un punto de inflexión en nuestras incipientes carreras musicales, lo que ocurrió fue algo inesperado por todos… salvo para los que ya sabíamos que iba a ocurrir: Nuestros padres volvían a España y tuvimos que quitarnos el disfraz de estrellas del pop y volver a ser chavales de 20, 18 y 17…

Volvimos a España y nos olvidamos de toda esta historia, como aquellos niños que tras salvar Narnia volvían a casa y dejaban atrás ese mundo de fantasía para volver al colegio, para volver a ser niños…

Era el año 1988 y los tres vivimos vidas enteras, estudiamos, nos enamoramos, nos casamos, trabajamos, cambiamos de trabajo, tuvimos hijos… El mundo de Nunca Jamás quedó olvidado, y durante años nos parecía que aquello realmente no había pasado, salvo en nuestra imaginación. Había un disco –que nadie conocía- y había unos videos en Betamax y NTSC que ni podíamos ver… Fotos que a cada año parecían más las de unos niños disfrazados de súper héroes en una fiesta de cumpleaños…

Creo que hasta el año 2005 no volví a reencontrarme con el pasado, con esa historia olvidada. Ese año coincidieron dos hechos: El primero fue que tras mucho tiempo, viajé a Perú a visitar familia, y aproveché para dar un salto a Santiago a ver a los antiguos amigos. Estos eran los tiempos anteriores a Facebook, y –aunque había mantenido el contacto con algunos amigos, era la primera vez que retomaba con la mayoría de ellos casi 20 años después…

El segundo hecho coincidente fue que me contactaron de Chile para pedirme los derechos de una de mis canciones. La que había sido el mayor éxito de la banda –“Creo que te quiero”- para un anuncio de cerveza. Al principio pensé que era una broma, pero al comprobar que era una oferta legítima, empecé a darme cuenta que en los años previos había habido un “revival” de la música chilena de los 80.

"Así Somos" Cerveza Cristal

Encontré recopilatorios y re-ediciones, y comprobé que nuestra música se escuchaba en radio…  Tras ese viaje descubrí que había videos del grupo en Youtube, y empecé a contactar –y ser contactado- por fans de la banda… Ese pasado olvidado se empezó a  volver presente…


Actuación de Nadie en el Festival de Viña 1988



Fran “Chachi” Arbulu

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